martes, 12 de abril de 2016

LA CULPA LA TIENE EL PERRO



            El perro venia con su pasito por la vereda cuando le dio el retortijón. Ahí nomas, como perro no tiene vergüenza, vació sus intestinos y siguió viaje. Era demasiado temprano para que alguien lo viera pero a las pocas horas salieron las vecinas a barrer la vereda. Como todos los días empezaron con los saludos de siempre (a las vecinas les encantaba "cambiar informaciones de lo que sucede en el barrio"). Iba la segunda por su noticia cuando interrumpió el relato para decirle a la otra:
            - ¡Mira! Un perro le ensució la vereda. 
La vecina miró hacia abajo y dijo:
           - No, no es la mía. Es la suya.
          Claro, el perro había depositado lo suyo bien entre las dos casas y como pareciera estar medio descompuesto... ninguna de las dos quería limpiarlo.
           La discusión de a quien le correspondía la caca del perro fue creciendo de tono y las dos casi llegaron a los golpes. Cada una pensaba que la otra era una vividora al final, queriendo empujarle la suciedad de "su" perro.
          Entraron las dos, cada una mascando su rabia, y a partir de ese día evitaron hablarse. Ya no salían a la misma hora a barrer la vereda y a decir verdad, casi no hacían mas el aseo. La vereda empezó a quedar cada día más sucia. 
             Al mes, la caca estaba seca y desparramada. La vereda tenía un aspecto lastimero y los transeúntes al ver caca por el piso empezaron a reclamar que tenían que pasar por la calle para no pisar la porquería.
             La cosa llegó a tal punto que la municipalidad tuvo que intimar las vecinas por no mantener sus veredas.  Las dos llegaron a la citación a la misma hora. Cada una mirando al otro lado, sin cambiar ni una mirada.
             El funcionario municipal pidió explicaciones de porque tenían así sus veredas y las dos llenaron al funcionario con  una avalancha de palabras al que el hombre reaccionó con un "basta!!" y preguntó:
              - Al final, ¿de quien es la culpa?
            Las dos vecinas se miraron por primera vez, desde hacia mas de un mes y al unísono le respondieron:
              - ¡La culpa la tiene el perro!